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Caracas se queda sin escenarios

Los locales existentes son inadecuados y están aumentando los costos

Caracas se queda sin escenarios

El Poliedro, al parecer, pasó a mejor vida. El recinto por excelencia para la realización de grandes eventos musicales en la capital, cambió su uso para ser albergue gigante de damnificados

Andrea Montilla Kauefati

Ni lo pensó. “Por fin viene”, se dijo para sus adentros. Apenas se enteró de que su ídolo venía por primera vez a Venezuela, no pudo evitar sentir ansiedad. ¿Podía ser cierto? La incertidumbre acabó unos días después, cuando la prensa confirmara la visita de la “princesa del pop” a suelo patrio. Sus amigos creen que Gabriela, a sus 22 años de edad, ya está “bastante grandecita” y debió haber borrado esa etapa. Pero aunque el boom de Britney Spears haya podido pasar, la joven caraqueña aún recuerda con nostalgia los temas que cantaba y bailaba en su niñez.

Como normalmente ocurre cuando viene un músico internacional, los precios de las entradas siempre son exorbitantes, pensó Gabriela. Esa vez no tenía tiempo para reunir el dinero, porque en una semana iniciaba la venta de los boletos. “No me importa cuánto cueste, si vienen mis artistas favoritos yo voy como sea”, dijo con tono decidido.

Los boletos empezaron a venderse desde 450 bolívares. Para este mes, los puestos más privilegiados se ofrecen por poco más de 3 mil bolívares. Aunque los precios sobrepasan dos salarios mínimos del venezolano, muchos fanáticos como Gabriela no dudan en aprovechar la oportunidad de ver a su artista un poco más cerca. Sin importar demasiado la locación en la que se realizará el evento o la seguridad del recinto.

Buscando los escenarios

El 28 de noviembre, la rubia norteamericana se presentará en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar. Es uno de los escenarios más grandes para espectáculos que se han abierto en Caracas, a raíz del cierre de otros destinados para estos eventos, asegura Jhonny Hernández, experto en seguridad de shows musicales de gran magnitud.

“El gremio de empresas de espectáculos del país estamos sumamente preocupados por esta situación. Hay dos factores: los espacios que habían se han eliminado y además no hay locaciones en Caracas, no se han construido más”, afirma el presidente de Profit Producciones, José Antonio Hernández.

Los propietarios de empresas de espectáculos aseguran que los sitios que existen no se adecúan a los requerimientos del evento. Ese es el caso de Comegato Producciones, encargado de organizar conciertos y toques de bandas de metal, punk, techno o hardcore.

“A nosotros no nos permiten hacer ciertos espectáculos en todos lados, por el tema de los gustos musicales y que lo de nosotros es menos comercial, es para un público más específico. Entonces, si queremos hacer un show de unas 500 personas o menos, no se puede porque no hay sitios con esa capacidad. Hay para 3 mil personas o para 600. No se ajustan a las necesidades de la productora y eso aumenta los costos”, explica el director de la compañía, Cheo Velásquez.

Algunos locales nocturnos como el Moulin Rouge, ubicado en la avenida Solano, han sido utilizados por Comegato Producciones para mini conciertos de agrupaciones metaleras. El lugar tiene una capacidad máxima de 350 personas; sin embargo, para recuperar lo invertido y pagarle al artista, Velásquez calcula que han hecho ingresar hasta a unos 500 asistentes.

Visión cultural perdida

El presidente de Profit Producciones, José Antonio Hernández, cree que la razón de la falta de escenarios es que la empresa privada “no ha tenido la visión de construir locaciones, más por un tema urbanístico, y además el gobierno tampoco tiene la voluntad e intención de ocuparse”.

Al caos urbano que impide levantar edificaciones de gran capacidad en la ciudad, se le suman razones económicas. La investigadora del Centro Documental del Teatro Teresa Carreño, Fabiana Sans, experta en el tema de los espectáculos masivos, considera que ni los entes privados ni los públicos se han ajustado a las condiciones de crecimiento de este sector cultural, precisamente por los costos de manutención que causa un sitio de grandes proporciones.

“A ellos no les conviene crear un sitio así; primero, por el costo que genera tener un personal, una cantidad de gente capacitada en ingeniería, seguridad, ambulancias. ¿Y cómo vas a crear un espacio para 15 mil personas?, ¿dónde lo vas a hacer? Es imposible. Si esta ciudad está colapsada”, asevera Sans.

La investigadora cultural advierte que la falta de escenarios no sólo es un mal de la capital sino también del resto del país. No obstante, piensa que del problema del sector de espectáculos, lo más grave es que el público es el primer afectado.

“Olga Tañón se iba a presentar en Puerto La Cruz, en el Hotel Mare Mare. Se suponía que cabían ahí 3 mil 300 personas. Habían metido 5 mil. La gente se empieza a molestar, claro. Pero hablas con el empresario y es incapaz de darte la cara. Además, se les había dañado la consola principal y la mujer no pudo cantar. Los de atención al público tuvimos que salir corriendo a escondernos en las canchas de tenis porque la gente nos quería linchar. ¿Y quién se quejó de eso? ¿Quién le devolvió la plata a la gente?”, se pregunta Sans.

Poliedro como refugio

El único sitio de la ciudad destinado especialmente para espectáculos grandes ha sido el Poliedro de Caracas por excelencia. No obstante, encargados en el sector cultural coinciden en que este recinto ha perdido su esencia.

El director de operaciones de Only Ticket Eventos, Hassan Sleiman, afirma que, últimamente, los “altos y exagerados” precios de alquiler de este espacio han impedido concretar eventos en sus instalaciones. “No sé qué pasa que las instituciones no están pensando en los costos de producción. Lo único que nos queda es reinventarnos en los espectáculos, tomar las provincias del país más en serio y lidiar con eso”, dice el empresario.

El estado del Poliedro se ha agravado más desde que sus instalaciones se convirtieron en el refugio de cientos de familias damnificadas, asegura Sans.

“Eso simplemente se murió, que en paz descanse el Poliedro de Caracas. Hasta que no saquen a la cantidad de personas que tienen viviendo allí y hasta que no exista una seguridad apta y tenga unas condiciones óptimas de infraestructura, ese sitio no va a volver a ser el que era antes”, sentencia la investigadora.

En cuanto a la seguridad de los asistentes, los alrededores del Poliedro tampoco escapan. Mucho menos el resto de los escenarios existentes. El directivo de Profit considera que esto ha empeorado. “El sitio se ha convertido en una especie de tierra de nadie. Nosotros hemos incrementado la policía en los eventos, pero al final no tenemos control sobre eso, los efectivos terminan siendo insuficientes porque ellos también tienen otras responsabilidades”, considera el empresario.

El experto en seguridad, Jhonny Hernández, afirma que los funcionarios de protección suelen limitarse al área interna del recinto y se olvidan de la importancia de resguardar la parte externa. “La gente sale relajada de su concierto y no está pendiente del entorno. El problema es de los productores de empresas de espectáculos porque el presupuesto no les da para eso”, piensa el director de proyectos de Hi Protección.

Más restricciones

Otros lugares que también se han adecuado para la realización de espectáculos han sido el Anfiteatro del Centro Comercial Sambil y la Terraza del Centro Ciudad Comercial Tamanaco (CCCT).

Sin embargo, Sleiman advierte que por órdenes de la Alcaldía de Chacao, se prohibieron los conciertos en el Sambil. “Los vecinos se quejaron por un efecto de sonoridad que les molestaba. Ahora eso está cerrado para nosotros”, manifiesta Hernández, de Profit Producciones.

En el caso del CCCT, el empresario asegura que las restricciones en los horarios es otro problema. “El evento no puede extenderse más de las 11:30 de la noche”, detalla Hernández, quien agrega que sobre los shows en este sitio ya “empiezan a venir las quejas desde Bello Campo”, igualmente por el ruido ocasionado.

En cuanto a los campos deportivos de la Universidad Central de Venezuela (UCV), que también solían servir de escenarios, el conflicto permanece entre los intereses estudiantiles por defender un espacio patrimonial. Lo mismo ha ocurrido con el Aula Magna de esta casa de estudios. Según el directivo de Only Ticket, los problemas laborales entre los empleados y las autoridades universitarias habían sido un obstáculo para la producción de eventos, pero confía en que ya se haya solventado el inconveniente.

Ante la crisis de escenarios, el llamado de los privados es al Estado venezolano para que tome acciones al respecto. “Vamos a tratar de darles espacios a los venezolanos para distraerse. Si esto continúa así, afectará en un futuro el hecho de que se sigan haciendo conciertos”, advierte Hernández, de Profit Producciones.

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